EL LENTO CAMINO HACIA DE REPENTE

Entre Galilea y Jerusalén, nada sucede muy rápidamente. Piensas que en contrario porque en la Biblia y en otros textos antiguos contemporáneos, Galilea y Jerusalén se mencionan con frecuencia en la misma línea, suponemos que Nazaret queda justo bajando por el camino. Nunca nos imaginamos que Capernaum donde vivió Jesús esta a 193 kilómetros de Jerusalén e incluso conduciendo rápidamente en buenas carreteras el viaje dura tres horas. Jesús lo caminó, los profetas lo caminaron, de hecho, en los días de la Biblia, todo el mundo caminaba al ritmo de las personas mayores y las mujeres con bebés. Para Jesús y su familia ir a pie al templo duraba una semana incluyendo un montón de colinas en el camino. Esto significa que, en total contraste con el ritmo de vida de hoy, la gente tenía tiempo para pensar, para orar y para calmarse. Había tiempo para superar las cosas, para cambiar de opinión y estar listo. Había tiempo para encontrar la mejor manera de hacer las cosas y encontrar la paz. No había un "bip bip" y un botón de responder seguido de otro 'vamos' bip un minuto después. Puede ser verdaderamente molesto lo que dice J Juan: "Dios tiene dos velocidades, lenta y muy lenta", sin embargo, también es reconfortante saber que al final del viaje, cuando el tiempo ha pasado y el silencio ha trabajado en el alma, el Señor tiene una manera de repente de estar allí. "De repente" es una palabra que caracteriza a Dios. Aun así, para todos nosotros que nos sentimos presionados por todos lados, el ir poco a poco, para disfrutar o incluso ver el paisaje y ser pacientes mientras viajamos hacia la venida repentina de Dios puede ser una Vía Dolorosa personal. Nuestra Cruz puede ser pesada pero no temas, Jesús está en el camino, solo recuerda: él no camina lentamente porque nuestra necesidad no sea urgente, sino para darnos tiempo.

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