miércoles, 19 de febrero de 2014

NUNCA, NUNCA, NUNCA TE RINDAS


Hace años atrás, no sabíamos lo que era un orador motivacional a menos que te refirieras a hombres como Churchill o Norman Vincent Peale. Sin embargo, tuvo que haber un hueco que llenar, porque hoy en día una industria global de animación nos entusiasma con libros, programas de televisión y conferencias. Hay gente que conozco que pagan enormes cantidades de dólares revoloteando de un congreso al siguiente, pero no es verdad que esto sólo significa que todo lo que se ofrece tiene un vigor limitado. Ciertamente, he salido de un encuentro motivacional en el séptimo cielo y estado de vuelta en el suelo otra vez dentro de poco; pero en estos días, me ahorro mucho dinero por extraer motivación de una vena rica en la mina inexplorada que ha habido en mí desde el nacimiento. ¿Cuál es tu motivación? ¿El amor a Dios o al hombre?, ¿el amor a la familia o a los pobres?, ¿la innovación o hacer el bien? Algo está ahí en el fondo de ti y si te dedicas a cavar duro lo que encuentras te sacará de la cama durante toda la vida, incluso en las mañanas frías y oscuras de invierno. Es cierto que es más fácil escuchar lo que motiva a un orador exitoso, pero el problema es que lo que oyes es como un boleto de los vuelos baratos, no es fácilmente transferible a otra persona.

La imágen fue suplida por Creative Commons: © by Mark Allanson

1 comentario:

  1. Estimados Pastores y hermanos, me tomo el atrevimiento de copiar este texto para leerlo en mi programa radial "Razones para vivir" que se emite en una emisora de Argentina, citare la fuente como corresponde, un abrazo

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