Felipe de Burkina Faso, nuestro amigo desde 1984, vino a visitarnos. Tiene unas 4,000 iglesias a su cargo, así como proyectos de desarrollo valuados en cientos de miles de dólares. Él fue acompañado por su colega y posgraduado Francisco de Kenia, quien dirige 45 iglesias. Tanto Philippe como Francisco están en su último año de doctorado, como estudiantes en Oxford. Querían saber porque en el Reino Unido hay tantos creyentes de más de 50 años de edad, incluyéndose ellos mismos, sin tener un rol en la iglesia, mientras creyentes mucho más jóvenes, de la mitad de su edad, son lanzados a predicar un evangelio incompleto a través de vapor de humo, luces e imágenes multi-media en pantallas gigantes? Ninguno de los dos, Philippe o Francis podrían siquiera empezar a entender porque todos los dones de Dios y las lecciones de la Escuela de la Vida que residan en los que sobrepasan los cincuenta años de edad, son dejados a un lado fuera de uso en las iglesias. Solo los pude responder con silencio porque la misma pregunta atormenta mi propia alma incluso más que el alma de ellos mismos. Entendiendo la verguenza atras del silencio, ambos hombres me insistieron de manera poco característica e inusual en que reuniera equipos de hombres y mujeres maduros y que los llevara a África. Ellos me prometieron que en ambos lugares, Burkina y Kenya, un grupo diferente de hombres y mujeres vendrían cada día por tres semanas e incluso tres meses, para sentarse a los pies de sus visitantes y escuchar sus palabras con profundo respeto. Después de todo entonces, es posible que la vida en la iglesia no concluya a los cincuenta años. Por lo menos en África.
© Esta imágen libre de derechos fue suplida por Creative Commons y Flickr: Clint by Renoir por Roberto Rizzato.
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