domingo, 3 de abril de 2016

LA CELEBRIDAD SOLITARIA


Toda la atención estaba en la Celebridad.  Le habían dado el escenario central y  debido a la magia de la iluminación él parecía estar suspendido en el tiempo y el espacio. Sin embargo la audiencia era tan variable como solo  las multitudes pueden ser.  De repente ellos  vieron una dama morena, delgada y glamorosa hermosamente vestida en color dorado que miraba desde un hueco superior.  La gente se apresuró por las escaleras, con sus cámaras en mano, cada uno deseando ser reporteros fotográficos, entretanto uno o dos de nosotros nos quedamos en nuestros asientos.  Me sentí conmovido por  la Celebridad real ya abandonada. Le dije una palabras en forma silenciosa, mientras que El esperaba pacientemente, mostrando toda la irrefutable y eterna dignidad que lo habían hecho ser quien era. Yo sabía que él apreciaba mi sentimiento.  Estuvimos en el gran pasillo de Montserrat, balanceados en las escarpadas alturas de las montañas, esa elevada torre sobre Barcelona. La  dama morena y delgada, apenas visible a través de los flashes de la cámara, era la aclamada La Moreneta, una mundialmente famosa estatua negra de la Virgen María.  La Celebridad abandonada enseguida era Jesús en forma de una estatua. La gente decía que si tocabas la Vírgen Morena te traería buena suerte, aunque la Biblia dice que tocar a Jesús trae sanidad y perdón. La generación de las selfies con I-phone y Galaxy, parecían más embelesados por un ídolo indiferente del siglo veinte y se fueron a casa con solo una foto, el recuerdo de su beso "sin retorno" y sus necesidades insatisfechas. Esa fue una mirada curiosa en un mundo sofisticado. Solo me pregunto si habría algo más que quisieras decirle a la Celebridad. Lo que quiero  decir,  justo ahora mismo mientras que la fila para hablar con él es tan corta.

© Imagen gratis proporcionada por  Creative Commons en  Flickr: Black & White 5 Day Challenge by Gino Mempin.

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