miércoles, 6 de abril de 2016

LA NOTA AGUDA QUE ROMPIÓ EL CIELO



Las reuniones empezaban arriba del todo, para luego ir cuesta abajo a velocidad de vértigo; no ayudaba la cantante de ópera que conducía la alabanza al límite de su tesitura y volumen, ni el afinador de pianos que tocaba monótonamente cada nota de su sintetizador durante todo el sermón. Los días llenos de promesas se volvían tan grises como las barriadas de hormigón de Madrid y predecían mi futuro. Sin embargo, una mañana temprano, las notas de la noche anterior debieron por fin romper los muros del cielo. Fue una experiencia indescriptible que duró treinta minutos o quizás treinta segundos, probablemente el último, pero pareció lo primero; escuché el plan de Dios para el resto de mi vida. ¿Pasó esto de verdad? ¿Recibí el "llamado" a una vida de agradecimiento a Dios, de oración y de dedicación total a decir a las naciones lo que Dios había hecho y seguía haciendo? Nadie más había allí conmigo para corroborarlo. Sin embargo, treinta y tres años más tarde, mientras escribo, esa experiencia sigue siendo tan convincente, tan real, y tan directiva como lo fue esa triste mañana madrileña, cuando la vida carecía de sentido alguno. Dos líneas escritas en tiempos remotos y en una tierra lejana, saltaron de la página de la Biblia que con disciplina estaba leyendo y comenzaron a formar ante mi unos railes que conducían hacia el lejano horizonte. Todavía hoy sigo lejos de descubrir cuál es mi destino, mi estación terminal. No podría haber hecho otra cosa.

© Esta imágen libre de derechos fue suplida por Creative Commons y Flickr: Grande Parade Nocturne por Phil Turp.

1 comentario:

  1. Wooo hermano es una bendición poder escuchar su testimonio veo cómo Dios lo a usado para realizar muchos proyectos de Bendición en el área misionera. Qué nuestro amado Jesucristo siga glorificandose en sus vidas...

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